Por qué la llegada de la primera presidenta a la Bolsa de Nueva York es más importante de lo que parece
Stacey Cunningham será un nombre de mujer que pasará a la historia, al menos en el mundo financiero. Este viernes será nombrada presidenta de la Bolsa de Nueva York y se convertirá en la primera fémina en ostentar este cargo, a pesar de los más de dos siglos de vida -226 años- del parqué neoyorquino. Finalmente, la osadía femenina en el mundo financiero ha surtido efecto, por ello es de ley recordar y homenajear en esta jornada histórica la valentía de la sufragista Victoria Woodhull y Muriel Siebert. Dos mujeres del S.XIX y el S.XX, respectivamente, que apostaron por tener un asiento en Wall Street, aunque no las dos lo consiguieron.
De becaria a presidenta de la New York Stock Exchange -NYSE-, así ha sido la carrera meteórica de Cunningham en Wall Street. Pero, ¿por qué es tan importante este nuevo nombramiento? Porque empodera la figura femenina en un escenario en el que un alto porcentaje de los actores son masculinos. Además, y de paso, se dejan atrás los prejuicios de que el dinero en bolsa crece más -y más rápido- si es manejado por “hombres con pelotas”, como dijo en una ocasión el extrader de JP Morgan, Terri Duhon.
Es cierto, y así lo comentan fuentes bursátiles a OKDIARIO, que las mujeres son más prudentes y conservadoras en sus operaciones en bolsa. Sara Carbonell, que lleva en el sector financiero alrededor de 15 años, comenta que la mujer invierte con más templanza, sin perder la cordura en momentos de volatilidad o al revés, sin venirse arriba en momentos de alzas”. Y, esto, según la experta, en “trading es fundamental”.
Relata que la mente femenina “sabe respetar un plan de trading, con su ‘Stop Loss’ -detener pérdidas- y su ‘Take Profit’ -detener en precio objetivo-. Si no se hace esto es cuando muchos inversores se descapitalizan”.
Por su parte, Victoria Torre, analista de Self Bank, cree que, «en un mundo dominado prácticamente en su totalidad por hombres, este nombramiento supone dar continuidad al punto de inflexión experimentado al año pasado gracias a la elección de Adena Friedman, elegida para dirigir el NASDAQ».
Cree, además, que este reclamo femenino «va en aumento, algo muy positivo en el mundo de las finanzas, ya que el trabajo bien hecho y la ilusión han de conducir hacia peldaños más altos, con independencia del sexo». No obstante, advierte la experta, «todavía queda mucho recorrido para alcanzar una total igualdad en los consejos de dirección de las grandes compañías». En este sentido, Carbonell señala a Santander y Bankinter, las dos únicas entidades financieras españolas liderados por mujeres, «las dos destacan por su buena gestión, expansión, crecimiento y saber hacer».
La toma de posesión de este mismo viernes será un hito extraordinario en Wall Street, pero debemos recordar que las mujeres han intentado sumergirse en este mundo desde finales del S.XIX. La primera que lo intentó fue la sufragista estadounidense Victoria Woodhull, pero no consiguió los apoyos suficientes -ni financieros ni personales- como para tomar asiento en la Bolsa de Nueva York.
Woodhull fue, según los datos disponibles en The Equal Rights Party, la primera mujer bróker de la historia -también candidata a la presidencia de EEUU- y asesora en las operaciones bursátiles del empresario americano Cornelius Vanderbilt. Éste amasó una amplia fortuna moviendo su capital en el sector del transporte ferroviario y naviero.
Junto a su hermana Tennessee Claflin, menor que ella, abrió una firma en 1870 para invertir en la Bolsa de Nueva York, un hecho que la prensa de la época recogió con estupefacción y apodó a la pareja como ‘las reinas de las finanzas’. La llegada de las hermanas a Wall Street fue calificada por la sufragista Susan B. Anthony “como una nueva fase en la cuestión de los derechos de las mujeres”. Además, cabe destacar que con el capital ganado en bolsa fundaron el The Woodhull & Claflin Weekly, un periódico que imprimió la primera versión en inglés del “Manifiesto Comunista” de Karl Marx.
En la jornada de este martes, tras anunciarse la presidencia de Cunningham, Jeff Sprecher, CEO del NYSE, ha tenido un recuerdo para Muriel Siebert, la superintendente de Bancos del Estado de Nueva York bajo el mandato de la cual, por cierto, no quebró ni una sola entidad.
“Más de medio siglo después de que Siebert se convirtiera en la primera mujer en tener un asiento en la Bolsa de Nueva York”, ha señalado Sprecher, “Stacey Cunningham representa una nueva generación de liderazgo para el NYSE”. Por ello, ha explicado, “estoy seguro de que Stacey, que comenzó como becaria en el mercado americano en 1994, continuará impulsando esta institución vital”.
Siebert accedió al NYSE en 1967, pero antes tuvo que buscar el apoyo a su candidatura de una decena de hombres de negocios y nueve de ellos le dijeron que no. No obstante, siguió adelante con su empeño y el parqué neoyorkino le pidió un aval bancario de 300.000 dólares que, obviamente, el banco la denegó. Finalmente, al término de la década de los 60 compró uno de los asientos de Wall Street e incluso renunció a postularse como senadora en los años 80.
En el mundo de las finanzas de EEUU también hay que destacar la figura de Janet Yellen, la expresidenta de la Reserva Federal (Fed), que no ha podido seguir con un segundo mandato por su constante choque con Donald Trump, presidente de los EEUU.
Era un secreto a voces desde la campaña que a Yellen -proclamada líder por Barack Obama- no le gustaban las recetas económicas del magnate hotelero. Trump nunca ocultó el tener en el punto de mira a Yellen, no rechazaba la gestión de la Fed pero no la compartía. Ahora al frente del organismo está Jerome Powell, una figura elegida por el republicano con un perfil continuista.
Una carta escrita por Woodhull, en prisión al finalizar la campaña electoral, y dirigida al editor del New York Herald rezaba: “Al público le diría que pueden tener éxito en aplastarme, incluso puedo perder mi vida, pero permítanme advertirles que de las cenizas de mi cuerpo brotarán mil victorias para vengar mi muerte y apoderarse del trabajo que he establecido y llevarlo hacia la victoria”.
Es posible – por qué no- que la llegada de Cunningham a la presidencia de la Bolsa de Nueva York sea uno de los triunfos de los que hablaba la primera mujer bróker de Wall Street.